

¿Qué es la fobia social?
- Las fobias son un tipo de trastorno de ansiedad en el que las personas pueden sentir miedo y ansiedad de forma desproporcionada ante determinados objetos o situaciones que tendemos, por consiguiente, a evitar.
El trastorno de ansiedad social, comúnmente conocido como fobia social, se caracteriza por un miedo intenso, persistente y excesivo ante situaciones sociales o actuaciones delante de otras personas (Badós, 2009).
Las situaciones típicas temidas por una persona con fobia social pueden clasificarse de la siguiente manera:
- Intervenciones públicas: hablar en público, realizar una exposición, etc.
- Interacciones informales: participar en conversaciones (especialmente con personas desconocidas), asistir a fiestas, realizar una llamada telefónica, acudir a una cita, etc.
- Interacciones asertivas: realizar una reclamación o devolver un producto, pedir a otro que cambie su comportamiento molesto, interactuar con figuras de autoridad, etc.
- Ser observado: comer o beber en público, entrar en algún lugar donde ya haya gente, escribir o trabajar delante de otras personas, etc.
La persona con fobia social teme ser observada, actuar de manera embarazosa o mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente. Es decir, tiene miedo de poder ser humillada o avergonzada o de que su actuación conlleve un rechazo o una ofensa para los demás.
De acuerdo con el Manual Diagnóstico de la American Psychiatric Association (APA, 2013), estas situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad de manera desproporcionada a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
De esta manera, un fóbico social evita aquellas situaciones sociales o actuaciones en público temidas, si bien en ocasiones consigue exponerse a ellas y soportarlas pero con un elevado nivel de angustia (pudiendo experimentar incluso ataques de pánico).
No debemos confundir este trastorno de ansiedad con timidez o con una ansiedad social que cualquiera podríamos experimentar en alguna situación social (¿quién no se ha puesto nervioso en una cita con alguien que le gusta o al exponer un trabajo importante?).
La clave para ello es entender que la fobia interfiere de manera marcada en la vida de la persona o que produce un malestar clínicamente significativo; no siendo así en la timidez, definida como “un malestar e inhibición más o menos generalizada en presencia de otras personas, pero con un grado mucho menor de evitación e interferencia que en la fobia social y con un curso menos crónico” (Badós, 2009). Además, para poder diagnosticar este trastorno de ansiedad, debemos atender a su duración, donde se establecerá la persistencia de dicho miedo, ansiedad o evitación durante al menos seis meses.
¿Cuál es el origen de la fobia social?
No siempre vamos a encontrar un gran trauma como origen, tal y como se ve en alguna película. De acuerdo con Badós (2009), actualmente no disponemos de una gran cantidad de datos sólidos existentes sobre los factores implicados en el origen de la fobia social. No obstante, podemos señalar la propia experiencia como uno de los factores a considerar, especialmente cuando originan un sentido de falta de control o de pérdida de control ante situaciones sociales. Entre estos factores experienciales podemos destacar:
- Progenitores sobreprotectores (hipercontroladores) muy exigentes y poco o nada afectuosos.
- Falta de experiencia social y de habilidades sociales.
- Observación de experiencias sociales negativas o de ansiedad social en los progenitores u otras personas allegadas.
- Experiencias negativas en situaciones sociales (burlas, desprecio, ridículo, rechazo, marginación, intimidación, castigo e incluso ataques de pánico).
- Proceso de atribución errónea o condicionamiento supersticioso.
- Desarrollo excesivo de la conciencia pública de uno mismo.
¿Cómo se mantiene la fobia social?
Básicamente, podemos hablar de la evitación como la principal culpable.
La persona con fobia social tiende a anticipar situaciones sociales temidas, activando así una serie de suposiciones o creencias del tipo “Me van a juzgar”, “Tengo que causar una impresión favorable”, “No tengo buenas habilidades/capacidades” o “Poseo características personales negativas”. La activación de estos supuestos origina que la persona perciba peligro social y expectativas negativas que, a su vez, generan ansiedad. Con todo esto, la evitación de las situaciones temidas se hace más probable, así como las conductas defensivas o de búsqueda de seguridad en caso de exposición sin implicación.
Esta “solución a corto plazo”, hace que la dificultad de poder afrontar este tipo de situaciones sociales sea cada vez mayor y, además, reduce la confianza de la persona en sí misma, fortalece la evitación como estrategia habitual, impide que finalmente la persona realice las actividades deseadas y dificulta la resolución del problema.
¿Cómo tratar la fobia social?
En primer lugar, atendamos a la siguiente cadena:
Pensamiento →Emoción → Acción
Si pensamos que va a pasar algo terrible, reaccionaremos emocionalmente como si fuera a pasar algo terrible y actuaremos como si fuera a pasar algo terrible.
De esta manera, aislar ese pensamiento y visualizarse en positivo ante la situación social temida puede ayudar a la hora de enfrentarla. Por ejemplo, a la hora de realizar una exposición de un trabajo en público, en vez de pensar que los demás se van a reír de mí, que no voy a saber hacerlo, que voy a hacer el ridículo, etc., y abrir así las puertas de par en par al miedo y la ansiedad, intentemos alejar esos pensamientos (sin asumirlos como una realidad, sino viéndolos como lo que son: pensamientos), intentando visualizarnos haciendo una buena exposición y confiando en nuestras capacidades y habilidades para ello. De esta manera reduciremos la probabilidad de evitar realizar la presentación con las consecuencias no deseables que esto conllevaría.
Para superar la fobia social partiremos de la base de reconocer el problema. El primer paso para la mejoría es aceptar la existencia del problema. Una vez identificada la problemática presente, siendo ideal poder ser evaluado por un profesional, el tratamiento consistirá básicamente en un acercamiento progresivo a las situaciones sociales temidas, promoviendo una reducción de la ansiedad y un aumento en la sensación de control ante la situación.
Puesto que el auto-tratamiento en este trastorno resulta bastante complejo, es recomendable contar con ayuda profesional para poder superar la fobia social. Por ello, si quieres recibir ayuda psicoterapéutica, el equipo de profesionales de Centro TAP estamos a tu disposición para poder acompañarte.