Nuestros mayores tienen por delante un reto importante, seguir adaptándose a las demandas de la vida pero con menos fuerzas en muchos casos, con más enfermedades en otros y/o con historias de vida no siempre fácil en otros, por tanto, en esta etapa de la vida en la que se acontecen múltiples cambios en diferentes áreas (fisiológicas, sociales, familiares) debemos acompañarles, enseñarles y escucharles. En TAP trabajamos para que esta etapa vital tenga el menor impacto posible en nuestros propios mayores como en las unidades familiares.
Los cambios sufridos en esta etapa pueden dar lugar a diferentes patologías; o pueden agravar patologías ya existentes.
Los estudios revelan que la prevalencia de trastornos psiquiátricos entre la población anciana es del 15-20%. Dichos trastornos coexisten muchas veces solapados con las manifestaciones del envejecimiento propios de la edad, con trastornos somáticos y/o con elementos originados de aspectos más psicosociales, como cambios de domicilios, pérdidas afectivas….
Desde TAP entendemos la psicogeriatría como aquella disciplina que contempla los diferentes trastornos derivados de la edad así como aquellos derivados de la evolución propia de enfermedades antiguas, cuyo abordaje debe ser examinado desde una nueva perspectiva multifactorial (cambios a nivel metabólico, aparición de enfermedades orgánicas, nuevas situaciones sociales y familiares…).
En el anciano pueden aparecer trastornos del estado de ánimo con alta frecuencia; como pueden ser episodios depresivos, trastornos de ansiedad o trastornos del sueño. Además, observamos dificultades relacionadas con la nueva realidad de la persona (procesos de duelo, separaciones, pérdidas, cambios de rol) y problemas derivados de enfermedades crónicas (afecciones cardiovasculares, procesos oncológicos, traumatológicos, dolores crónicos).
Existen también dificultades derivadas del proceso madurativo (los sentimientos de soledad, pérdida de tejido social, irritabilidad, pesimismo) y pérdidas en las funciones motoras e intelectuales.
La psicogeriatría en TAP también engloba los síntomas mentales derivados directamente de problemas orgánicos, como sucede en los procesos que cursan con deterioro cognitivo (demencias como enfermedad de Alzheimer, demencias subcorticales, pseudodemencias) o en procesos agudos como el delirium o el síndrome confusional. En estos casos, un diagnóstico óptimo es fundamental para realizar un abordaje farmacológico adecuado y ajustado a la persona posibilitando que tenga una vida lo más adaptativa y equilibrada.