

Padres y madres, centros escolares, medios de comunicación, profesionales de la salud, instituciones… Somos muchas personas las que tenemos en los últimos tiempos el bullying más presente que nunca, y queremos visibilizarlo, porque estamos aún a día de hoy ante una realidad silenciada en muchos centros y para muchos niños: menores que no denuncian su situación, centros escolares que ocultan que estos casos acontecen en sus aulas…
¿Qué es BULLYING y qué no es?
El acoso escolar (en inglés bullying) se define como una forma de maltrato reiterado e intencional de un alumno o un grupo de alumnos hacia otro/s, que causa daños a nivel psicológico, presentando en ocasiones también daños físicos.
El menor acosado presenta una situación de alta vulnerabilidad, aislamiento, miedo…adoptando una posición de sumisión y pasividad (silencio) ante su agresor/es y aquellos compañeros que son espectadores de la situación de acoso que sufre.
El contexto en el que se produce puede ser el propio centro escolar extendiéndose en ocasiones a través de las redes sociales, recibiendo el nombre específico de ciberacoso.
No podemos hablar de una situación de acoso escolar si al mismo tiempo no cumple con estas tres condiciones: intencionalidad, reiteración y desequilibrio de poder. Por ejemplo, una pelea entre iguales fruto de un desencuentro en el juego que se ocasione de manera puntual, habría que atenderla ya que se considera una situación de violencia, pero no se puede considerar acoso escolar.
TIPOS de acoso escolar
- Maltrato físico: amenazar con armas, pegar, esconder, romper y/o robar objetos personales
- Maltrato verbal: insultar, poner motes y/o hablar mal de alguien. Además existen dos tipologías de maltrato verbal: Ciberbullying: redes sociales, teléfonos móviles y Sexting: acoso sexual en las redes sociales.
- Maltrato psicológico: esta tipología está presente en todas las demás fórmulas de acoso. El objetivo es siempre debilitar al acosado, para minar su autoestima, su sensación de seguridad, provocarle temor y que asuma que no puede pertenecer al grupo por ser “diferente”.
- Exclusión social: ignorar a alguien y/o no dejar participar en actividades
- Maltrato mixto (físico y verbal): amenazar con el fin de intimidar, obligar a hacer algo con amenazas (chantaje) y/o acosar sexualmente.
Factores de riesgo y de protección
Identificar los factores de riesgo y protección asociados al bullying facilitará la prevención y la intervención. Conocerlos y discriminarlos podrá disminuir este fenómeno.
Factores de riesgo:
- Edad
- Género
- Identidad étnica y cultural
- Orientación sexual
- Características personales
- Modelos de aprendizaje social
- Falta de apoyo familiar
Factores de protección:
- Programas de formación destinados a padres, profesores y alumnos
- Alta implicación de toda la comunidad educativa
- En el aula, favorecer el aprendizaje cooperativo fomentará el aprendizaje de habilidades tanto a nivel individual como colectivo.
- Familias con alta comunicación
- Soporte social adecuado
- Detección temprana del acoso escolar
- Características personales: alta autoestima, buen estilo de afrontamiento, capacidad para pedir ayuda, habilidades de comunicación, gestión emocional, tolerancia a la frustración, etc.
- Construcción de valores tanto en el contexto familiar como en el aula
- Condenar la violencia siempre que aparezca
Cómo PREVENIR, DETECTAR e INTERVENIR en situaciones de acoso escolar
Entender que el acoso escolar existe hará que nuestra detección sea efectiva y ajustada a las realidades de los diferentes centros escolares, negarlo invisibiliza el sufrimiento de quien lo padece impidiendo una intervención para erradicarlo.
La prevención del bullying es el arma más poderosa con la que podemos contar, ya que se evita así que los menores sufran el deterioro que produce esta realidad. Es fundamental trabajar la prevención con toda la comunidad educativa: alumnado, profesores y padres, será una de las claves que garantice el éxito.
Formar, sensibilizar e identificar las variables de vulnerabilidad con toda la comunidad educativa garantizará la protección de los menores acosados y la integración de aquellos niños y jóvenes que presenten comportamientos alejados de los valores de respeto, compañerismo, empatía, compasión, etc.
A tener en cuenta:
- La observación directa sobre el alumnado identificando sus factores de riesgo y de protección nos facilitará la detección precoz
- Aislamiento social, retraimiento, caída en el rendimiento académico, tristeza, desanimo, estado de alerta, sentimientos de culpa, todos estos indicadores nos pueden dar información valiosa a padres y profesores con el fin de detectar un posible caso de acoso escolar.
- El grupo de iguales como testigos directos de la situación de acoso (espectadores) es una pieza clave para la intervención, ya que éstos pueden denunciar e interrumpir la situación de maltrato. El menor acosado se siente poco capaz de describir la vivencia por la que está pasando debido precisamente a sentimientos de vulnerabilidad, vergüenza y culpa.
- Los centros escolares deben poner en marcha los protocolos de actuación ante cualquier situación de acoso como primer paso necesario para frenarla.
- Generalmente se considera necesaria la ayuda psicológica con el menor que sufre acaso (desarrollo de autoestima, habilidades de comunicación, resolución de conflictos, etc.), sin embargo, algo que no se suele tener en cuenta y es fundamental para que la situación de violencia no se vuelva a repetir es trabajar con los acosadores (fomentar la empatía, educación en valores, tolerancia a la frustración, habilidades de comunicación, aceptación de la diversidad, fomentar la autoestima, etc)
Para nosotras PROTEGER A LOS MENORES MEDIANTE LA EDUCACIÓN EN VALORES es la clave. Educar en la igualdad, en el derecho a ser diferente y no sufrir discriminación o agresión por ello, educar en el rechazo a cualquier tipo de violencia, por sexo, raza, o religión… Sin duda educar en la cooperación y en un currículo de no violencia es la fórmula para que no existan ni acosadores ni acosados.
Autoras: Patricia Sánchez Merino
Isabel Rodero López
Patricia Gutiérrez Albaladejo