

El verano es una época del año para descansar, directamente asociada al ocio tanto para adultos como para niños. Divertirse y desconectar de las obligaciones escolares es esencial en los menores para volver descansados y con ganas el siguiente curso, aunque si esta desconexión se alarga en exceso, el alumno lo notará cuando inicie el siguiente curso.
En España, a diferencia de otros países, las vacaciones de los escolares van de mediados de Junio a mediados de septiembre, alargándose hasta casi tres meses, por lo que es importante ayudar a los niños y adolescentes a gestionar adecuadamente el tiempo para que puedan dedicar una parte de éste a trabajar en tareas escolares. De esta manera no se perderán las rutinas ni los conocimientos adquiridos durante el curso y la vuelta en septiembre será mucho menos dura para todos.
Hacer entender a los niños y adolescentes lo importante que es no perder los hábitos de trabajo durante el verano, no es una tarea fácil. Por ello, es importante que los padres y madres sepan cómo abordar este asunto con sus hijos.
Veremos algunas claves prácticas:
- Establece un horario diario con tu hijo donde se incluyan tiempos para estudiar, para divertirse y para descansar. Para los niños y los adolescentes es muy importante tener unas rutinas claras ya que esto les ayuda a centrarse y a saber cómo comportarse.
- Negocia con tu hijo los tiempos de estudio y de ocio. Preferiblemente, el estudio deberá realizarse por las mañanas o a primera hora de la tarde, para tener el resto del día libre.
- Revisa sus tareas. Durante el curso, los profesores evalúan a los alumnos en función de sus exámenes y trabajos. Esto hace que los niños se esfuercen porque saben que posteriormente habrá una calificación. En cambio, las tareas de verano no van a ser evaluadas en el colegio. Por ello, se hace esencial que los padres revisen en mayor menor profundidad el trabajo realizado por sus hijos. No es necesario corregir ni explicarles ningún ejercicio, simplemente se trata de comprobar que avanzan en sus tareas y que cumplen con lo estipulado.
- Hazte con materiales adecuados para su curso y edad. Existen muchas herramientas para que los alumnos trabajen durante el verano, desde los típicos cuadernillos de vacaciones, hasta multitud de recursos de internet de todos los cursos y asignaturas. Es importante escuchar a los hijos para decidir los materiales con los que se va a trabajar para que los contenidos se ajusten lo más posible a lo exigido en el colegio. Muchas veces, son los mismos profesores los que cuelgan en las plataformas virtuales propuestas de tareas para las vacaciones de verano.
- Propón a tu hijo que aproveche para reforzar lo que más le haya costado durante el curso. Muchas veces, el ritmo de los exámenes y las tareas escolares hace que los niños no adquieran adecuadamente algunos aprendizajes esenciales. El verano es el momento idóneo para trabajas aspectos tan importantes como el cálculo, la resolución de problemas, la comprensión y expresión escrita o las técnicas de estudio.
- Ten en cuenta que estamos en verano y que el descanso y el ocio están por encima del trabajo. El tiempo dedicado a las actividades académicas no deberá ser de más de dos horas diarias de lunes a viernes.
En conclusión, el verano es muy largo y, con una adecuada gestión del tiempo, los niños pueden disfrutar de sus vacaciones, descansar y, además, mantener su mente en funcionamiento. Sin duda, la desconexión absoluta del estudio durante tres meses puede volverse en contra de los niños y adolescentes que retomen el curso en septiembre. Sin olvidar que las vacaciones son para descansar y priorizando esto sobre ninguna otra cosa, a la larga, los niños agradecerán tener también unas rutinas de trabajo durante las vacaciones.