

Ante un trastorno de la conducta alimentaria ocurrido en una familia, las reacciones de los miembros de esta pueden ser muy diferentes. Se ha visto como el impacto emocional que esto supone, se puede comparar incluso al de la pérdida de un ser querido.
Es por eso, que es importante saber cuáles son las emociones y pensamientos que pueden surgir ante esto, de cara a detectar y prevenir este tipo de conductas dentro de nuestro hogar.
NEGACIÓN
- Esta reacción es muy frecuente. Negar que existe un problema puede ser el primer factor para mantenerlo e incluso agravarlo, pero la realidad es que es muy difícil asumir que alguien a quien queremos, o de quien cuidamos pueda estar sufriendo tanto y no habernos dado cuenta.
- Madres, padres, parejas, que minimizan los primeros cambios en la alimentación, conducta, carácter etc. como forma de defensa para no asumir la realidad.
- También la negación se ve en fases más avanzadas del trastorno. Es posible que incluso en la propia consulta, informando a unos familiares del diagnóstico de su hija, sigan negando la posibilidad de ello, o que entiendan una información totalmente diferente.
- A veces, los familiares, tienen las sensación de que aceptar que a una hija, hermana o novia le pasas algo tan grave, podría poner en tela de juicio el valor que tienen como cuidadores y reconocer que no se habían percatado de ello sería reconocer que no han estado atentas/os y que por tanto no son un sostén adecuado.
Si esto te ocurre o te ha ocurrido, espero que el leer este post te ayude a saber que es una reacción normal, muy frecuente y que por supuesto, el no haberle dado importancia o el no haberte dado cuenta, forma parte de un comportamiento humano normal y que se debe muy posiblemente al amor que sientes hacia esa persona.
RESISTENCIA, INCOMPRENSIÓN
- Entender un trastorno de la conducta alimentaria no siempre es fácil. A veces, a los familiares les cuesta ver más allá y darse cuenta que no es algo voluntario y que se convierte en mucho más que una cuestión estética o una “cosa de juventud”.
- Las personas que sufren un trastorno de conducta alimentaria -TCA- posiblemente conocen la teoría de lo que deberían hacer para mejorar su salud, reestablecer su peso, o normalizar su vida, pero simplemente NO PUEDEN.
Por ejemplo, en los casos de anorexia, puede ocurrir que las personas dejen de tener sensación de hambre, y enfrentarse a un plato de comida es un hecho tan aversivo como podría ser para cualquiera estar delante de un león.
O para personas que sufren atracones, el dejar de comer o parar un atracón es algo casi imposible que escapa de su control y, qué aunque lo piensen antes o después, en el momento no lo pueden elegir.
- La incomprensión puede llevar a reacciones como enfado, culpa o tomar medidas inadecuadas para lograr un cambio, como pueden ser castigos “si no comes no sales”, o trueques “te dejo ver la tv si comes” o incluso premios y recompensas “si bajas de peso te compro esa chaqueta”. En cualquier caso, son conductas inadecuadas que ponen el foco en la elección de la persona para tener el trastorno y pueden resultar muy peligrosas.
- Entender esto, puede ayudar mucho a las familias y a las propias personas que sufren el TCA, lograr remar en la misma dirección y no caer en conflictos o discusiones que no son el verdadero problema a tratar.
SOBREPROTECCIÓN
- Se ha demostrado que a sobreprotección es un factor de riesgo para sufrir un TCA, pero también puede agravar el curso de la enfermedad.
- Las familias sobreprotectoras tienden a ejercer control sobre la persona afectada. Este comportamiento, lejos de ayudar y conseguir que la persona se sienta apoyada o entendida, provoca una resistencia haciendo mucho más difícil el cambio y la concienciación.
Es crucial, que las familias entiendan que deben tener cuidado con la excesiva atención, preguntas de control o testeo, manejo de sus tiempos o planes y en general cualquier acto que pueda suponer una invasión de la intimidad o privacidad.
- Sabemos, que esto suele partir de la preocupación y la entrega y por eso es fácil pasar el límite sin apenas darse cuenta. Conocer que esto existe y que puede ser un elemento de interferencia para la recuperación, ayudará a poner en marcha estrategias adecuadas de comunicación, y dinámicas familiares.
En Centro TAP, trabajamos los trastornos de conducta alimentaria desde un abordaje integral y estaremos encantadas de ayudarte a ti o a tu familia. Contacta con nosotras si necesitas asesoramiento, diagnóstico y/o intervención.