

El miedo es una emoción básica que se caracteriza por una sensación muy desagradable de alerta, provocada por la percepción de una amenaza, real o subjetiva.
Todos podemos sentir miedo en algún momento de nuestra vida, ya que cumple una función adaptativa, la de advertirnos y protegernos de algún peligro, pudiendo incluso hacernos huir de ese estímulo que nos lo provoca.
En la situación actual que estamos viviendo, el miedo a contagiarnos de Coronavirus-COVID 19, el miedo a lo desconocido, el miedo a la muerte, el miedo al impacto económico de nuestras economías, el miedo a que enfermen nuestros familiares, el miedo a que el estado de alerta se prolongue “más de lo que podamos aguantar”, el miedo a perder oportunidades académicas y laborales…., todos los miedos enumerados anteriormente están relacionados con un peligro presente, inminente y desconocido. El problema de vivir con el miedo demasiado presente es convertirlo en una obsesión, y que nos lleve a estados de ansiedad, esta respuesta de ansiedad hace referencia a una anticipación del futuro, además conectamos inmediatamente alimentando este estado alterado con la sensación de no estar a salvo y de no poder controlar la situación que nos rodea.
Es comprensible sentir miedo relacionado con este momento de tanta incertidumbre, y gracias a él, podemos responsabilizarnos de nosotros mismos y de nuestros familiares, llevando a cabo las medidas de precaución o de aislamiento que desde las autoridades competentes nos han trasladado.
El problema se da cuando la dimensión del miedo no tiene relación alguna con la dimensión real; cuando es irracional, ésta nos limita o nos bloquea, por lo que es el momento para poder aprender a gestionarlo (El MIEDO: el mayor VIRUS de todos)
Si no sabemos afrontar adecuadamente las sensaciones que nos provoca el miedo, pueden acabar paralizándonos y haciéndonos adoptar una conducta perjudicial hacia nosotros mismos y hacia las personas más cercanas (hij@s, parejas, padres, amigos, compañeros de trabajo…), por lo que la dificultad no es el miedo en sí, sino cómo estamos gestionándolo. Es decir, el miedo a ser contagiados por el Coronavirus- COVID 19 puede ser más nocivo que el Coronavirus-COVID 19 en sí.
A veces la excesiva información puede despertar alto malestar, llegando incluso a obsesionarnos con lo temido, por ello es importante dosificar la cantidad de información que se desea recibir y siempre de fuentes fiables. Hay mucha información real y otra no contrastada, por lo que es normal que se den pensamientos distorsionados, éstos son precisamente los causantes que nos hacen entrar en la angustia o la ansiedad.
Gestión del MIEDO
Para aprender a gestionar el miedo, es importante saber que:
- Influye directamente sobre una activación corporal. Por ello es importante ser conscientes de cómo nos afecta a nivel físico, si tenemos alguna activación corporal, podremos influir en nuestro cuerpo y lograr así su calma. Así el miedo no nos dominará a nosotros y no dejaremos que las emociones nos desborden. Te animamos a que practiques alguna de las técnicas de relajación que más se ajusten a tus necesidades (respiración, yoga, mindfulness…).
- También actúa en la mente, por lo que es crucial aprender a entrenar los pensamientos negativos, intrusivos o limitantes, para que estos no nos controlen a nosotros. Hay que recordar que «creamos lo que nos creemos». Te invitamos a que los identifiques y los cuestiones “¿esto que estoy pensando es real?, ¿si sigo pensando así solucionaré la situación?, ¿puedo hacer algo más de lo que hago en estos momentos?…..”
Es importante que cuando surjan este tipo de pensamientos no ajustados a la realidad, sobredimensionados, los analicemos y enfrentemos racionalmente. Hay que dejar que aparezcan estos pensamientos, pero NO en todo momento, para no llegar a retroalimentarnos. También es importante identificar aquellos pensamientos automáticos que nos hacen daño y contrastarlos con información veraz y objetiva.
Para superarlo es importante identificar las creencias falsas y aprender a relajarse. Una actitud positiva es fundamental para seguir adelante.
Ahora es un buen momento para pararse a pensar sobre nosotros mismos, y podamos definir a que le tenemos miedo realmente. Ese miedo que nos puede hacer tan vulnerables a la manipulación o que nos puede llegar a convertir en seres dependientes, olvidando que el mayor recurso que tenemos somos nosotros mismos.
Es importante por tanto identificar que recursos tenemos para afrontar estas situaciones de estrés y ansiedad, y cómo debemos actuar para no perjudicarnos ni a nosotros ni a los que nos rodean. Ya que este miedo puede hacer que perdamos de vista todo esto.
Experimentar estos síntomas es totalmente normal bajo el escenario en el que nos encontramos, pero si sentimos o percibimos que el miedo, la ansiedad o la sensación de falta de control nos desborda y nos limita, os aconsejamos que pidáis ayuda terapéutica, para encontrar un acompañamiento emocional y aprender a afrontar estos síntomas con la menor dificultad posible.
Recordad que los psicólogos somos personas en los que podéis apoyaros, y desde Centro TAP ofrecemos, en este momento especialmente, asistencia psicológica online, para poder facilitaros una terapia ajustada a vuestras necesidades con una fórmula mucho más accesible