

“No canto para ser feliz, soy feliz porque canto”
Wiliiam James
La música, es una de las actividades que más placer despierta en los seres humanos. Escuchar música, influye en nuestro estado de ánimo y nos hace conectar con nuestras emociones de una manera más consciente. Además, a nivel cerebral se libera dopamina, hormona que se genera también cuando comemos o cuando mantenemos relaciones sexuales. Estas respuestas se desarrollan en áreas subcorticales de nuestro cerebro, concretamente las que tienen que ver con el sistema límbico, encargado de regular las respuestas ante los estímulos emocionales. Quizá por esta razón, la música ha formado parte de la evolución del ser humano a lo largo de los siglos. Prueba de ello pueden ser los hallazgos arqueológicos encontrados de instrumentos musicales hechos con huesos de animales, con alrededor de 6000 años de antigüedad.
Lo que podemos concluir es que la música nos ha acompañado siempre, siendo parte de nuestra realidad para expresarnos y comunicarnos
Nadie duda hoy en día de lo beneficiosa que es la música para la maduración y el desarrollo infantil, incluso del poder tranquilizador de una nana o una canción en los niños, especialmente entre los 6 y los 9 meses de vida, es cuando se ha demostrado que los bebés atienden más cuando escuchan a sus madres cantar.
Aunque pueda parecer una costumbre anticuada, cantar a los bebés, bien para dormirles, animarlos o consolarles, puede ser un método muy efectivo. A través del canto, los cuidadores, madres, padres, etc, generan una conexión consciente con el bebé, que será beneficiosa para la construcción de un vínculo sano. Como hemos dicho muchas veces en este foro, un vínculo sano con el bebé nos permite leer bien qué necesita y ser el vehículo que le anime a relacionarse con el mundo externo de manera adaptativa, favoreciendo así que descubra y explore el entorno con apertura y seguridad. Generando una respuesta de apego seguro
No debemos pasar por alto que cantar a nuestros niños y bebés, puede tener muchos beneficios para su desarrollo a nivel cognitivo y emocional. La voz es un excelente termómetro emocional y nuestra capacidad de adaptación se encarga de captar esas señales que permitirán conectar mejor con la persona que tengo enfrente.
¿Cuáles son los beneficios de cantar a los más pequeños?
- Alivia el estrés y el miedo. Si nos centramos en analizar la situación que estamos viviendo y las consecuencias emocionales que tendrá el aislamiento y todos los cambios sociales a nivel estructural, educar para la resiliencia y la tolerancia a la incertidumbre puede ser uno de nuestros mejores aliados para paliar los efectos que ya están siendo visibles en muchos niños y niñas. Utilizar la música como medio para acoger, conectar y mejorar el estado de ánimo, puede ser una opción más que saludable para estos tiempos que corren.
- Desarrolla las habilidades sociales. Enseñar canciones y cantar en grupo puede ser un buen motor para el desarrollo de habilidades sociales y para empezar a conformar el sentido de pertenencia.
- Facilita la adquisición y el desarrollo del lenguaje. La composición rítmica de las canciones y el efecto placentero de la música hace que se aprenda mejor aquello que se escucha cantado. La frase de Francisco Mora de “El cerebro solo aprende si hay emoción” es aquí un claro ejemplo de que cuando hay emoción, y como hemos dicho, la música es un gran motor emocional, con el que el cerebro aprende mejor.
- Mejora la capacidad atencional. Cuando algo nos sorprende o nos gusta, prestamos más atención. A través de la música y el aprendizaje de canciones, podemos entrenar la atención y la memoria de los más pequeños.
- Estimula la creatividad. Gesticular y cantar, es una forma de expresarnos y de comunicar aquello que queremos. La comunicación es fundamental para la supervivencia del ser humano y sobretodo más importante en las primeras etapas cuando el lenguaje aún no está desarrollado.
- Mejora la coordinación. Cuando cantamos, o escuchamos cantar se activan áreas de nuestro cerebro que tienen que ver con las respuestas motoras, lo que genera un entrenamiento para el desarrollo de las habilidades motrices y de coordinación.
- Ofrece modelos de gestión y expresión emocional beneficiosos. Cantar a nuestro bebé y cantar con niños, no sólo favorece a los más pequeños, sino que también los adultos nos podemos aprovecharnos de esta práctica, para regular y mejorar la gestión de nuestro estado emocional. Da igual si cantamos con mejor o peor técnica, lo importante es lo que emocionalmente somos capaces de sentir y expresar mientras cantamos.
Por tanto, cantemos a nuestros bebés y niños y comprobaremos los beneficios que esta técnica milenaria puede brindarnos para disfrutar de la crianza y de nuestro rol de padres y madres
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