

En este post queremos describir las claves para afrontar el miedo a la muerte de un ser querido
Los seres humanos tenemos la capacidad de aprender de nuestras vivencias: adquirimos conocimientos de las experiencias que vivimos, e incorporamos esos aprendizajes en nuestro repertorio, activándose cuando nos volvemos a encontrar en una situación semejante. Gracias a este mecanismo, conseguimos anticiparnos a los riesgos potenciales.
A lo largo de las últimas semanas se habla con mayor frecuencia de que nos encontramos ante una “segunda ola” de la pandemia y, por el aprendizaje que tenemos de la “primera ola”, anticipamos los potenciales peligros a los que nos podemos ver expuestos.
Así, son muchas las personas que, habiendo perdido a algún ser querido en los últimos meses, están sufriendo un intenso miedo a reexperimentar otro fallecimiento en su entorno más próximo.
Como ya habrás leído en otros contenidos de nuestro blog, el miedo es una emoción protectora, ya que permite que anticipemos los riesgos y favorece el cuidado de nosotros mismos y de nuestro entorno. Sin embargo, si este miedo está sobredimensionado, o si no está basado en evidencias actuales, puede llegar a ser muy desagradable y limitante en nuestro funcionamiento diario.
Por ello, a continuación te facilitamos algunas claves para ayudarte a regular dicho miedo adecuadamente:
- Conecta con tus emociones y compártelas con personas de tu confianza. Sentir que tu entorno te escucha, te comprende y te apoya, ayudará a regular el malestar que sientes.
- Focalízate en las evidencias que tienes en la actualidad, tratando de no anticipar todo lo que podrá ocurrir más adelante. ¿Cuál es la realidad ahora mismo? ¿cuál es el estado de salud actual de tus allegados?
- Céntrate en lo que sí puedes llevar a cabo. Aunque nos cuesta mucho asumir esta idea, no todo se encuentra bajo nuestro control. No somos nosotros quienes determinamos si una persona se contagia, presenta sintomatología grave e incluso fallece. Pero, afortunadamente, esto no implica que no podamos hacer nada.
- Trata de identificar todo aquello que SÍ está en tus manos, para poder focalizar tus esfuerzos en ello. Por ejemplo, puedes mantener tú mismo/a las medidas de precaución recomendadas o proponer planes más seguros a tus seres queridos, para reducir las probabilidades de contagio.
- Escucha a tu miedo. A menudo huimos de determinadas emociones porque nos resultan desagradables. Sin embargo, todas ellas son mensajeras de información relevante.
En este caso, el miedo que sentimos ante la idea de perder a alguien que queremos muy probablemente nos esté hablando del valor que posee esa relación para nosotros
- Utiliza tu brújula. Como decíamos, el miedo nos puede guiar en la identificación de los aspectos que son importantes para nosotros. Utiliza esta información para, en el presente, orientarte y cuidar de aquello que te importa. Aprovecha para cultivar tu vínculo con esa persona: puedes llamarla, compartir un momento especial, tener un detalle que le demuestre que le aprecias, etc.
En lugar de anticipar todo lo negativo que podría ocurrir y que se encuentra en gran medida fuera de tu control, disfruta de que ahora mismo tienes a esa persona en tu vida.
Por último, si has vivido un fallecimiento reciente, queremos recordarte unas ideas básicas sobre el duelo:
- El proceso de elaboración de un duelo es largo, y puede aparecer un amplio abanico de emociones durante el mismo. Date tiempo, y permítete sentir lo que estés sintiendo.
- Se compone de varias fases por las que se suele transitar, y conocerlas te ayudará a normalizar lo que estás sintiendo. Las tres grandes fases son: negación (incredulidad ante la pérdida), reacción emocional aguda (se toma conciencia de la pérdida, con oleadas de intenso malestar) y restitución (se reconoce e integra la pérdida en nuestras vidas, siendo capaces de centrarnos en nuestra vida en el presente).
- Déjate cuidar por tu entorno, compartiendo cómo te sientes y pidiendo ayuda cuando lo necesites.
- Los procesos y rituales de despedida (acompañamiento en los últimos momentos de la persona enferma, misas y entierros, reuniones con otros seres queridos para recordar al fallecido, etc.) son esenciales para una adecuada elaboración del duelo.
Dado que dichos rituales han sido limitados o restringidos por la pandemia, si percibes que no has podido despedirte como te hubiera gustado, es recomendable que pienses en alguna forma de hacerlo. Cualquier idea es válida, siempre que te sirva para honrar a la persona, y sentir que te despides de ella adecuadamente: escribe una carta, elabora alguna manualidad con fotos y recuerdos, prepara una pequeña fiesta en su honor, organiza un momento con otros seres queridos para recordarle (contando sus anécdotas, poniendo su música favorita…), etc.
Por último, si consideras que necesitas ayuda para superar la pérdida, no dudes en ponerte en contacto con un profesional, él/ella sabrá cómo acompañarte y ayudarte en este proceso.