

- Para poder desarrollar con una formulación sana y adaptativa nuestro rol como madres y padres es importante tener respuestas a ciertas preguntas sobre la respuesta de apego de nuestros hijos e hijas y sobre el desarrollo de su mundo emocional
¿Cómo se desarrolla el cerebro de un bebé?
En los primeros 100 días de vida el bebé desarrolla cada segundo más de un millón de nuevas conexiones neuronales.
Es extraordinaria la plasticidad y la velocidad de la formación neuronal. El tamaño del cerebro se duplica durante el primer año y en el tercero tendrá el 85% del volumen de un adulto. Estas conexiones se forman a través de la interacción de los genes y las relaciones con las figuras de alta referencia afectiva, a través del vínculo que los padres y madres construyen hacia el bebé facilitan el desarrollo neuronal, lo hacen a través de su disponibilidad, apoyo, cariño, lectura acertada de sus necesidades, cuidado, protección…. de esta forma se garantizan el desarrollo social y afectivo de los futuros niños y adultos. Lo que la neurociencia y otras disciplinas nos han enseñado es que los 3 primeros años de vida son cruciales para el desarrollo socio-afectivo de los niños y niñas teniendo un papel fundamental los padres, ya que en estas primeras experiencias tempranas se modela la arquitectura cerebral del futuro adulto.
Qué es el Apego
- El apego, es un sistema de protección que desarrolla el bebé en su primer año de vida hacia la/las figuras de referencia afectiva (aquella/s que le cuida/n y le protege/n). Este sistema de protección es de vital importancia para los bebés/niñ@s, puesto que está relacionado con su supervivencia directa. Es una respuesta que garantiza por tanto su vida. El bebé demanda, espera, genera una respuesta de los cuidadores.
- Se suele confundir frecuentemente el vínculo afectivo (lo que generan los padres y madres hacia sus hijos/as) con el apego, pero debemos entender que el bebé lo desarrolla para aferrarse a la vida y afianzar así su desarrollo. El apego se manifiesta especialmente cuando los bebés comienzan el desplazamiento (gateo y primeros pasos) y se sienten amenazados, sea esta amenaza real o subjetiva. Ante una situación nueva, extraña o desconcertante el niñ@ busca la protección de su cuidador/a.
- Por tanto, es especialmente importante atender a la tipología de apego (seguro, inseguro-ambivalente, evitativo y desorganizado) que nuestros hijos e hijas van a desarrollar para favorecer su estabilidad emocional, sentimientos de seguridad con los que puedan explorar el entorno desde la tranquilidad, una sana autoestima, autorregulación y un amplio repertorio en habilidades sociales.
- La tipología de apego que desarrollan los niñ@s dependerá de la respuesta de apoyo, atención y disponibilidad que muestren los adultos en el día a día.
Tipos de apego
Apego seguro: el niñ@ genera una base segura de desarrollo ya que percibe que su entorno le protege y puede confiar en las figuras de referencia y desarrollarse y actuar sin temor porque sabe que van a responder a sus necesidades. Los cuidadores desarrollan respuestas de cercanía, cariño, cuidados, atención, protección…
Existen tres tipos de apegos inseguros, que se dan porque no existe una atención continuada
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- Apego evitativo: los desarrollan los niñ@s cuando sus cuidadores son personas que ante el cuidado se muestran frías o distantes emocionalmente. Independientemente de que se le quisiera o no, no son capaces de mostrar el cariño de manera explícita. En ocasiones, estos cuidadores tienen la intención de desarrollar la autonomía: “te dejo llorar porque tienes que aprender tú sol@ a parar”.
- Apego ambivalente: los niñ@s en ocasiones reciben cariño, atención y protección y a veces no. No existe una consistencia y el menor siente angustia y ansiedad porque no sabe qué va a ocurrir ni cuándo o por qué va a recibir cariño o no.
- Apego desorganizado: va más vinculado a diferentes estructuras de trauma como maltrato o de abandono físico o el emocional. En casa, el espacio se debe garantizar seguro y en estas casas el lugar se siente peligro y amenaza. Hay un caos completo en la mente y corazón de los niñ@s.
Desarrollo Emocional
- Es importante conocer la relación directa que existe entre cómo nos relacionamos con nuestros bebés y el desarrollo de su cerebro emocional. Los cimientos de la capacidad relacional de los niñ@s se desarrolla en las primeras relaciones con los cuidadores principales, los 18 primeros meses de vida del bebé le habilitará para un desarrollo emocional estable
- Estas primeras experiencias afectivas modelan la arquitectura del cerebro del bebé. Un desarrollo emocional adaptativo es la base de una vida emocional saludable que se reflejará en la capacidad de los niñ@s para establecer y mantener relaciones con la familia, los compañeros de clase, los amigos…
- Serán capaces de construir una identidad sana porque habrán incorporado y desarrollado la identificación emocional. Esta tarea de identificación emocional en los primeros meses es difusa pero pronto con nuestra ayuda podrán generar diferenciación y encontrar autonomía para resolver sus conflictos emocionales, que en un primer momento será desde la petición de ayuda, y posteriormente, desde una mayor madurez emocional irán desarrollando ellos su propia estructura de regulación.
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