

Independientemente de cómo se viva la Navidad (ya sea con ilusión, nostalgia, sensación de compromiso o pereza), hay algo que suele ser habitual y es vivirla con una mayor presencia de la familia frente a otras épocas del año; y por lo tanto, cuando se vive en pareja, suele suponer que la Navidad es una época en la que la gestión de la familia política y nuestra propia familia extensa suelen cobrar un protagonismo especial.
- Sabemos que la vida en pareja suele ir asociada a muchas negociaciones y tomas de decisiones que persiguen construir algo que está directamente asociado con la calidad relacional y el ajuste en pareja: la sensación de equipo.
¿Qué es la sensación de equipo y por qué es tan importante en pareja?
- La sensación de equipo es la percepción de que la persona con la que compartimos un vínculo, tiene los mismos objetivos que nosotras/os e invierte en acercarse a ellos o alcanzarlos. Es decir, que lo que es importante para mí, también lo es para la otra persona, y en nuestra gestión nos conectamos con sensaciones de ajuste, coordinación, cuidado mutuo, necesidades cubiertas y esfuerzo bidireccional.
- Entendiendo que querer lo mismo que la otra persona en el preciso momento en el que lo quiere, tener la misma forma de avanzar hacia un objetivo, o entender las prioridades de lo que es necesario en cada circunstancia de la misma manera, es una quimera, qué podemos hacer entonces en la época en la que toca decidir tantas cosas con respecto a las familias (¡y a muchas otras cosas!)
Podemos seguir reproduciendo lo que se ha hecho otros años, podemos esperar a que mágicamente nos ajustemos en pareja, o podemos tratar de seguir las siguientes recomendaciones:
Adelantaos
- Gestionar las cosas in situ cuando muy probablemente ya se estén experimentando emociones negativas que puedan dificultar el proceso de toma de decisiones o no haya mucho margen para comunicarnos y tratar de resolver, suele ser una trampa que no trae los mejores resultados.
- Basarnos en la experiencia de otros años si los ha habido, adelantar los hitos que sentimos que pueden hacernos sentir mal y poner encima de la mesa qué nos inquieta de un determinado plan o qué necesidades tenemos al respecto, puede ayudarnos a tener pensadas estrategias y formas de gestionar las situaciones de tal forma que sintamos que lo estamos haciendo como equipo (frente a sentirnos descuidados/as o manejar las cosas cada uno/a por su cuenta).
Centraos en el fondo y no en la forma
- Hay muchas formas de gestionar una situación y frecuentemente las parejas tienden a poner el foco de atención en la forma concreta de manejar, frente a los objetivos y las necesidades que hay por debajo; fórmula que suele conducir a un funcionamiento rígido y a encontrarnos con mayores dificultades en la elaboración de acuerdos.
- Si en lugar de poner el foco de atención en la manera concreta de gestionar, nos hacemos preguntas parecidas a las siguientes: ¿qué es lo que necesito sentir por parte de mi pareja? ¿Qué es importante para mi pareja en esta situación o contexto? ¿Hay alguna otra fórmula de que yo me sienta cuidado/a que no sea la que estoy pensando? ¿Es posible que si flexibilizamos algún criterio resolvamos con más facilidad? Será mucho más probable que resolvamos, nos sintamos en coordinación y tengamos sensaciones de sintonía y cuidado mutuo.
¿Posibilidad de gestionar por separado?
- No todas las cuestiones de pareja han de gestionarse en pareja y esa realidad no indica absolutamente nada sobre la calidad del vínculo.
- Contemplar la posibilidad de que a algún compromiso vaya solo uno de los miembros de la pareja, valorar la posibilidad de que nuestra pareja se vaya antes y nos quedemos o viceversa (cuando se ha pactado previamente), aceptar el que no es necesario funcionar exactamente al 50% con cada una de las familias de origen, pueden ser estupendas maneras de sentir que ninguna de las dos partes ha tenido que “sacrificarse” y las necesidades de ambas personas puedan estar cubiertas.
Esfuerzo reconocido mutuo
- Una de las sensaciones más desagradables que se puede experimentar en el área relacional es la de esforzarnos por algo, que las cosas no salgan bien y encima, que el esfuerzo no nos brille (es decir que no se consigan los objetivos pretendidos y además no haya valoración, agradecimiento o reconocimiento al esfuerzo).
- Que ambas personas puedan poner de su parte y haya un ejercicio explícito de valorar los esfuerzos de la otra persona, contribuye enormemente a crear climas constructivos en los que es más probable seguir esforzándonos por hacer equipo.
Y por último, autorrefuerzo
- Qué importante es no dar por hecho que ser un buen equipo es algo sin relevancia, de este modo cuando se gestione en esa dirección, lo podemos detectar y dentro de lo posible, lo valoremos. ¡Un “progresa adecuadamente” o un “cada vez gestionamos mejor” nunca sobran!
Si a pesar de estas calves prácticas sientes que tienes dificultades para gestionar estas fechas, puedes ponerte en contacto con nosotras, te/os acompañaremos en todo aquello que necesitéis en la pareja.