

Las familias con padres separados no es una realidad desconocida ni extraña. Hoy en día lo podemos considerar habitual y cotidiano, forma parte de una de las tipologías de familia que debemos contemplar en nuestra sociedad.
- Sin embargo, no por esto, asusta menos a los padres. Pensar en el divorcio y en las consecuencias negativas que pueda tener para sus hijos y su estructura vital, favorece que muchas parejas continúen juntas o que se separen cuando los niños ya son mayores.
- Sabemos, que el problema no está en la separación en sí, sino en la manera en la que se lleve a cabo. De hecho, es mucho más positivo para todos que esta tenga lugar frente a convivir en un espacio de tensión, peleas, faltas de respeto o ausencia de amor y comunicación.
- Los procesos judiciales, las amenazas y peleas delante de los menores, hacerles partícipes de la situación y hablarles mal del otro progenitor, sí son situaciones muy negativas y estresantes, que van a generar que los niños experimenten malestar y que puedan acarrear consecuencias negativas para su desarrollo en diferentes ámbitos. Por ejemplo, es frecuente que se manifieste en el área académica y en su estado de ánimo.
- Obviamente, la mayoría de los niños desean ver a sus padres juntos, y su separación, normalmente no les gusta. Por supuesto, van a vivir un momento de cambio y sin duda, van a necesitar un periodo de adaptación y de reconstrucción de su normalidad.
Sin embargo, si se la separación se lleva a cabo de la manera adecuada, no tiene porqué causar en los niños un daño que no se pueda superar.
Por ello, queremos ofreceros unas pautas para construir un hogar con padres separados, donde se prioriza el bienestar y la protección de los menores, y facilitar que puedan adaptarse a la nueva situación de una manera saludable:
- Explicar: Es positivo contar a los niños la decisión que habéis tomado, siempre ajustado a la edad y a su comprensión. Mostraros disponibles para hablar sobre el tema, sin que se convierta en tabú, y así podrán verbalizar sus inquietudes y miedos.
- Estructura de seguridad: El día a día de los menores debe verse afectado lo menos posible. Es importante seguir una rutina y unas pautas educativas parecidas en ambas casas, para que ellos sientan que hay un hogar común, aunque no se comparta el espacio.
- Comunicación fluida: Un punto muy positivo, es que los niños puedan tener un contacto abierto con ambos progenitores. Saber que pueden acudir a cualquiera de los dos en todo momento, les genera sensación de unidad.
- Sin duda, el punto más importante es priorizar el bienestar del menor: Una ruptura de pareja no es algo maravilloso, y mucho menos al principio. Es difícil mantener al margen el dolor y los posibles conflictos que el proceso de divorcio conlleve y a la vez atender y velar por nuestros hijos.
Por esto en muchos casos, sin quererlo, los hacemos partícipes, hablamos mal de la expareja delante de ellos o nos escuchan comentarlo con otras personas. Es clave mantenerlos al margen, si no pueden entrar en un conflicto de lealtades o percibir que es una situación incómoda para vosotros y preferir evitar el tema, lo que les quita la oportunidad de desahogarse y compartir con vosotros cómo se encuentran.
- El equipo de Centro TAP os podrá acompañar en todo lo que necesitéis, somos expertas en el manejo de estos procesos complejos.
- Contamos con asesoramiento de uso puntual para resolver todas vuestras dudas sin que se tenga que iniciar un proceso terapéutico, consúltanos y resolveremos todas tus dudas.