

La motivación es “un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta de la persona hacia metas o fines determinados». Es el impulso que mueve a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación”. Aplicando esta definición al contexto académico, podríamos decir que la motivación escolar es el estado interno que impulsa al estudiante a llevar a cabo las conductas necesarias para alcanzar los objetivos académicos que correspondan a su curso y edad.
- La desmotivación de los niños y adolescentes es una de las consultas más frecuentes en contextos terapéuticos y, por tanto, una de las preocupaciones más habituales en padres con hijos en edad escolar
- No son pocos los jóvenes que muestran apatía hacia sus estudios y todo lo que conlleva: entrega puntual de tareas, calidad en el contenido y la presentación, estudio diario de las asignaturas, preparación de exámenes y presentaciones… Argumentan que no se sienten atraídos por lo que estudian, que se aburren o que les supone mucho esfuerzo. Preguntas como “¿esto para que me va a servir en la vida?” o “¿Por qué tengo que estudiar matemáticas si yo quiero hacer letras (o viceversa)?” son frecuentes en el día a día de los estudiantes y su entorno familiar y escolar.
La falta de motivación en los estudios puede ser algo puntual y pasajero. Todos los niños han manifestado alguna vez no tener ganas de trabajar o que las tareas escolares les aburren. Pero si este hecho puntual se convierte en algo crónico y habitual, y además se combina con malos resultados académicos, aparece lo que comúnmente se llamamos fracaso escolar.
Por todo ello, es importante saber cómo ayudar a un niño o adolescente que presente síntomas de desmotivación escolar.
- Apoyo en la exploración de intereses vocacionales. La etapa escolar es un periodo muy largo donde los niños pasan por distintas etapas madurativas y sus intereses pueden variar a lo largo de los años. Es importante que padres y educadores sepamos adaptarnos al momento vital del menor para poder ayudarle a encontrar sus propias motivaciones: asignaturas que le gusten o en las que destaque, aspectos en los que quiera y pueda mejorar, proyectos que le ilusionen… En definitiva, cualquier actividad escolar que le sirva para conocerse a sí mismo y para explorar sobre sus gustos y motivaciones.
- Importancia del refuerzo social. Aunque los niños y adolescentes no lo muestren directamente, es esencial para su desarrollo madurativo y emocional contar con el apoyo de su núcleo más cercano. Trasladar a nuestro hijo o alumno que lo está haciendo bien, decirle que nos sentimos orgullosos de él o reforzarle en público, son conductas que, sin duda, ayudarán al menor a sentirse seguro y aumentará considerablemente la probabilidad de que se repitan las conductas positivas por las que se la felicitado.
- Búsqueda de metas a medio y largo plazo. Los niños y adolescentes tienen una tolerancia a la frustración más baja que los adultos. Buscan obtener las recompensas en el momento y, si nos las obtienen, muchas veces se decepcionan, se enfadan, y deciden no seguir intentándolo. Nuestra labor como padres y educadores es ayudarles a mejorar en este aspecto, haciéndoles entender que muchas veces los frutos se recogen mucho después de ser plantados, mucho más si hablamos de resultados académicos, en los que influyen tantos factores diferentes.
- Aprendizaje de la cultura del esfuerzo como vehículo para lograr cualquier objetivo en la vida. Los niños y adolescentes deben comprender e interiorizar que el trabajo y la constancia son esenciales para lograr metas, sean del tipo que sean. En el caso del ámbito escolar, para conseguir ir superando los cursos con éxito, los niños deben contar con un buen hábito de trabajo diario y poner en práctica técnicas de estudio efectivas que irán aprendiendo y perfeccionando a lo largo de los años.
- Aplicación de motivadores externos. Algunas veces, a pesar de intentar por todos los medios que los estudiantes tengan una motivación interna que les mueva a cumplir con sus obligaciones, no es posible encontrarla. Esto tiene mucho que ver con la etapa madurativa en la que se encuentre el niño, entendiendo que, cuanto mayores sean, más conciencia tendrán de la importancia del trabajo escolar en sí mismo. Pero hasta llegar a este punto, existen opciones intermedias que probablemente satisfagan a padres, educadores y estudiantes: se trata de buscar motivadores externos, es decir, que no tengan nada que ver con el aprendizaje en sí mismo, pero que impulsen al menor a llevar a cabo conductas que faciliten el éxito académico. Hay un amplio abanico de motivadores externos que pueden interesar a los jóvenes: uso de aparatos electrónicos, salidas o eventos sociales, elección de planes familiares… Todos ellos deben ser previamente negociados y pactados para poder lograr las conductas que buscamos.
- Comprensión del funcionamiento y desarrollo del cerebro de los niños y adolescentes. Algo desconocido para muchos es que ciertos contenidos o procedimientos que se imparten en las asignaturas escolares no sólo representan un objetivo en sí mismos, sino que, además, con ellos se pretende desarrollar bases de pensamiento esenciales en nuestros menores. Este tipo de aprendizajes benefician a su desarrollo madurativo intelectual y, además, les serán imprescindibles para poder comprender contenidos más elevados en cursos superiores. Un ejemplo de ello puede ser el análisis sintáctico, que además de interesar como contenido, ayuda a los adolescentes a desarrollar el pensamiento abstracto.
La motivación en sí misma es un elemento esencial para conseguir que los niños y adolescentes en edad escolar se impliquen en su educación y se conviertan en jóvenes responsables y comprometidos con sus obligaciones, pero, a veces, no es fácil encontrar estímulos que muevan a los estudiantes a adquirir este tipo de compromisos. Por ello, es imprescindible que padres y educadores trabajemos en ayudar a nuestros jóvenes a encontrarse a sí mismos y a ser constantes en sus propósitos a pesar de las dificultades.
- El equipo de profesionales de Centro TAP, podrá acompañar a tus hijos e hijas en todo aquello que necesiten para asegurar su aprendizaje y su alcance de objetivos académicos. Ponte en contacto con nosotras y resolveremos todas las dudas.