

- En ocasiones, nos encontramos que se hacen uso de mensajes que a nivel sociocultural promueven la crítica no constructiva hacia uno mismo, como forma de motivación para conseguir una meta; aumentando en las personas el sentimiento de culpa y la insatisfacción vital.
En cambio, estudios han demostrado que las personas excesivamente autocríticas presentan menos probabilidades de conseguir sus objetivos que las compasivas. La crítica no conseguía motivar, si no que ejercía tal castigo que las personas postergaban retomar los pasos para la consecución de dichos objetivos.
La amabilidad hacia nosotros mismos facilita que cuando fallamos, no entremos en un estado de ansiedad incapacitante.
- Es de especial importancia la amabilidad hacia uno mismo dentro de la adolescencia, debido a todas las presiones y comparaciones sociales a las que se perciben sometidas las personas durante esta etapa. Están comenzando a tener cierta comprensión sobre la experiencia humana compartida, en cambio, todavía no han tenido oportunidad de experimentar las suficientes relaciones cercanas donde darse cuenta de que sus sentimientos no son únicos, y que sus fracasos son una parte normal dentro del concepto de ser un “ser humano”. Es por ello que, a nivel sociofamiliar, es crucial mostrar una mirada amable hacia uno mismo y los demás como modelo de aprendizaje para los niños y adolescentes.
- A medida que nos comprendemos, nos mostramos cariño y nos apoyamos a nosotros mismos, iremos adquiriendo la sensación de seguridad y confianza; construyendo las bases para relacionarnos con los demás de una manera segura y amable.
¿Cómo podemos tener una mirada más amable hacia nosotros mismos?
- Ser conscientes de cuándo estamos siendo críticos y no amables. Para facilitar la reflexión podemos preguntarnos: ¿qué palabras estoy utilizando? ¿qué frases me digo frecuentemente? ¿qué parte de mí es la que más castigo?
- Suavizar esa voz crítica de manera amable. Por ejemplo, si he sacado una nota más baja de la esperada en un examen o no he conseguido el apoyo esperado para un proyecto laboral y tu voz interior dice “eres tonta, no sirves para nada”, suavizar con amabilidad sería decirle a esa voz después de ese comentario: “creo que intentas ayudarme, en cambio estas críticas me generan más dolor y no ayudan. Por favor, deja de ser tan crítica.»
- Reformular los comentarios realizados por la voz interior crítica. Imaginar ¿qué nos diría un amigo compasivo en esa misma situación?, ¿qué le dirías a un amigo si fueses amable? Mostrar amabilidad verbal y también física (acariciar los brazos mientras pensamos en esa frase amable que le dirías a una persona que quieres). Un ejemplo de frase amable sería: “sé que estás triste y decepcionada por la nota, pero decir esos comentarios no están ayudándome, ¿qué te parece salir a dar una vuelta escuchando música?”.
Por tanto, tener una mirada amable hacia nosotros mismos y los demás implicará cariño, preocupación, y empatía.
La importancia de educar en amabilidad
- Hay adolescentes que se dicen a sí mismos que no valen lo suficientemente como persona, que no son lo suficientemente inteligentes, que no tienen el cuerpo ideal, que no “sirven” para hacer amigos… En muchas ocasiones, ese diálogo ya lo han escuchado en casa por parte de sus madres/padres hacia ellos mismos, empezándose, así, a normalizar la crítica hacia uno mismo y sus propias conductas, cuando en realidad, lo adecuado sería tener esa mirada más amable, sin castigo.
- Asimismo, también hay familiares que realizan comentarios críticos directamente a los hijos, comentarios que marcan directamente cómo ese niño y adolescente se hablará a sí mismo y a los demás en el presente y en el futuro. Por ejemplo, un consultante mayor de edad me comentó en sesión “no sé lo que es no criticarme constantemente porque me he criado en un contexto en el que siempre había algo que mejorar y todo lo demás era criticable”. Y, ¿qué consecuencias tenía esto en su vida? Su autocrítica habitual estaba relacionada con una inexistente amabilidad hacia sí mismo, provocando sintomatología ansioso-depresiva.
- Si directa (haciendo comentarios sobre ellos) o indirectamente (haciendo comentarios sobre nosotros mismos o terceras personas) enseñamos a los adolescentes a valorarse, valorar positivamente sus logros, sus aptitudes, su físico, su contexto, …; estaremos ayudando a construir el desarrollo de un dialogo interno favorable, que permita sobreponerse ante una dificultad o problema en un momento dado.
- Hablar con amabilidad no implica “dejar pasar” los fallos o conductas inadecuadas, si no que implica responder ante los mismos de una manera constructiva y compasiva. Cuando un adolescente comete un error, debemos enfatizar que ese error no les define, no trasladarlo a algo de carácter general. Es un proceso de aprendizaje donde han sentido determinadas emociones como consecuencia y, el cual, abre la puerta a redirigir el camino que quieren continuar.
Cabe destacar que, ser amable tiene también consecuencias positivas a nivel contextual. Las personas amables presentan mayor aceptación por parte de otras personas, incluidos compañeros de clase en caso de niños y adolescentes. Estudios, han informado mejor salud mental en aulas con un comportamiento más inclusivo y amable. Igualmente, se ha mostrado que sociedades colectivistas que mantienen una mirada amable y compasiva contextual presentan mayor índice de satisfacción vital.
En el equipo de profesionales que forma Centro TAP podrás resolver todas las dudas que te surjan para acompañar a tu adolescente con la formulación más proteccionista para el/ella y la unidad familiar