

Si acabas de ser padre o madre, seguro que has escuchado la frase: “¡disfrútalo!, ¡crecen tan rápido!”. Justamente de eso queremos hablar, de aprender a disfrutar y vivir la crianza con plenitud y alegría.

las mujeres pueden notar una oleada de emociones, agradables y desagradables, entre ellas la incertidumbre, la ilusión, la felicidad, el miedo, el amor como hasta el momento no habían sentido, y también LA CULPA

Desde el momento mismo en que conocemos la noticia de que vamos a ser madre/padre nos sobreviene un batiburrillo emocional: alegría, miedo, deseo, emoción, curiosidad… nos va a tocar tomar decisiones continuamente.

Los niveles de incertidumbre ante lo desconocido aumentan exponencialmente, esta es una realidad que todos y cada uno de nosotros en algún momento de nuestra vida hemos podido experimentar; así que con el nacimiento de nuestros bebés esta realidad no se cierne diferente

Entre las necesidades sociales detectadas tras el confinamiento, las medidas de salida de los niños a la calle han sido las primeras en tomarse, los profesionales dedicados a la infancia las aconsejábamos

En los primeros 1000 días de vida de nuestro bebé, se suceden cambios importantes en el desarrollo a nivel cerebral que, como profesionales en esta área, nos parece que las familias deben saber. En esta etapa, nuestro cerebro cambia y se desarrolla a un nivel excepcional y los niños no podemos olvidar que aprenden a través del juego

Los días de confinamiento van pesando… y sin duda para muchos padres y madres el hecho de estar con un bebé en casa hace de esta situación algo más duro si cabe

Podríamos etiquetar todo lo que estamos viviendo con un peso negativo (claramente la situación no es buena) o por el contrario compensar este peso con una mirada un poco más amable, más optimista, más compasiva, más positiva en términos generales.