

En artículos anteriores hemos hablado acerca de la disciplina positiva y de la importancia de establecer normas y límites para fomentar la autonomía y el autocontrol, entre otros aspectos. Por tanto, en esta ocasión el objetivo es esclarecer dudas que pueden surgir al llevarlo a la práctica con ejemplos de situaciones que se pueden dar en el día a día.
En primer lugar, hay que saber diferenciar qué es una norma y qué es un límite ya que son conceptos que en muchas ocasiones se confunden dentro del área de crianza, dificultando así su puesta en marcha. Para ello, vamos a hacer un primer acercamiento según la definición de la RAE (Real Academia Española);
- Una norma es una “regla que se debe seguir o a la que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etc.”. Por tanto, en términos de crianza y educación, las normas ayudan a regular la convivencia al establecer criterios comunes.
- Un límite es un “fin, término” o “línea imaginaria que separa dos terrenos, dos países, dos territorios”. Es decir, a nivel educativo entendemos que los límites son las prohibiciones o el punto final de lo tolerable según la norma establecida. Además, algunos límites están relacionados con la seguridad del menor y serían inflexibles (o líneas rojas) mientras que otros pueden ser flexibles.
Hay una serie de normas sociales y límites que aprendemos de forma inherente, no obstante, es importante que en el contexto familiar y escolar se puedan concretar cuáles serán las normas y límites a seguir por todos los miembros de cada núcleo familiar o grupo escolar. Para saber cómo realizarlo, se ofrecen pautas en la entrada del blog normas y límites: fomentar obediencia y tranquilidad. A continuación, se muestran varios ejemplos en los que se diferenciará entre normas y límites:
Situación 1: Carlos y María son hermanos y están jugando en la misma habitación, en un momento determinado, María quiere el juguete que tiene su hermano y decide pegarle para conseguirlo.
Normas | Límites |
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En esta ocasión, María habría incumplido con ambas normas y se habría saltado los límites establecidos para conseguir el juguete. Por tanto, habría que evitar que se quede con el juguete para que no se genere una conexión neuronal si siente satisfacción al conseguirlo de esta manera y, en consecuencia, no repita la conducta.
Situación 2: Martín ha terminado rápido de vestirse y desayunar, por lo que le pregunta a su madre si puede ver la televisión un poco antes de ir al colegio.
Norma | Límite |
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En esta ocasión, Martín conoce la norma y antes de saltarse el límite pregunta a su madre por lo que está teniendo un buen comportamiento, pudiendo hacer que su madre dude. ¿Cómo proceder? Habría varias alternativas:
- Si se quiere mantener la norma, se reconoce y refuerza lo bien que ha hecho sus tareas previas y se le ofrece una alternativa a la televisión. Por ejemplo, leer juntos o hacer algún juego rápido en ese tiempo restante.
- Si se considera una norma flexible, cabría la posibilidad de dejarle ver la televisión explicando que es una excepción en ese día para que no entienda que la norma ha cambiado.
Como se ha comentado en otras ocasiones, es importante los/as menores que sean partícipes de la creación de las normas, así como que conozcan cuáles son los límites y las consecuencias asociadas en caso de no cumplir con ellos. Además, también es fundamental que todas personas encargadas de la crianza se rijan por las mismas pautas para que, de esta manera, puedan interiorizarlas con mayor facilidad.
Marcar normas y límites es tan importante, como trasladar seguridad y calma a la hora de hacerlo. ¡Con cariño, será más fácil aprenderlo!
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