

Desde el contexto terapéutico, entendemos que la escritura es un complemento a la expresión verbal y puede ser una herramienta muy valiosa para aprender a canalizar todas las emociones, sensaciones y pensamientos que tenemos dentro de nosotros, que todavía nos hacen daño, y no sabemos o podemos verbalizar

Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el trauma infantil se define como: “Un evento emocionalmente doloroso o angustiante que experimenta el niño, y que a menudo resulta en efectos duraderos mentales y físicos”

Uno de los aspectos más afectados tras vivir una situación traumática, es sin duda el ámbito emocional