

Tras el largo periodo de confinamiento en el que la gran mayoría de parejas vivieron algo sin precedentes buscamos fortalecer su estabilidad emocional

Cuando todavía estábamos en invierno y pensábamos en el verano, muchos de nosotros imaginábamos y planificábamos cómo iba a ser, ahora nos toca adaptarnos a la «nueva normalidad»

Con la llegada del verano, muchas familias se preguntan cómo compaginar la jornada laboral con el cuidado de los hijos/as que en estos meses no tienen colegio y, por tanto, más tiempo libre

La finalización del estado de alarma ha proporcionado cambios en las medidas de seguridad implantadas por el Estado, los adolescentes y jóvenes han ido incorporando algunas de ellas, pero otras no de una forma muy precisa.

las residencias de mayores han sido y continúan siendo uno de los focos principales de atención. En este sentido, los profesionales de dichas residencias desarrollan un papel crucial tanto en el acompañamiento de sus residentes, como en la comunicación y mediación con los familiares

El fin del estado de alarma nos ha proporcionado sin duda mayor libertad a las familias y amigos para vernos y compartir espacios comunes con mayor «normalidad», pero necesitamos poner en común nuevos códigos relacionales

Las nuevas metodologías educativas obligadas por la situación de aislamiento, han tenido consecuencias positivas y negativas en los niños y adolescentes

Y así, nuestro sistema de protección se ha puesto totalmente en alarma y hemos aprendido mucho sobre las medidas que nos pueden proteger, pero ahora…volvemos a la “nueva normalidad” y nos toca entrenar comunicación y nuevas claves relacionales